Técnicas de neuromodulación:
TMSr Estimulación magnética transcraneal repetitiva: es un procedimiento no invasivo que utiliza campos magnéticos para estimular las células nerviosas en el cerebro con el fin de mejorar los síntomas de diversas condiciones cerebrales.
Cómo funciona: Durante una sesión de TMSr, se coloca una bobina electromagnética sobre el cuero cabelludo, cerca del área que se quiere estimular. El electroimán emite pulsos magnéticos sin causar dolor que estimulan las células nerviosas en la región del cerebro que controla funciones que se quieren estimular. Activa regiones del cerebro que tienen actividad disminuida.
TDCS Estimulación transcraneal por corriente directa: es una técnica de neuromodulación no invasiva utilizada para tratar una serie de afecciones psiquiátricas y neurofisiológicas. La estimulación se produce mediante el uso de una corriente eléctrica débil, generada desde un dispositivo portátil que suele ser pequeño y funcionar con pilas. Se aplica a las áreas en el cráneo del paciente y dependerá de qué dolencia se está tratando.
La TMS funciona a partir de impulsos electromagnéticos. Los impulsos electromagnéticos son pequeños campos magnéticos generados mediante flujos de corriente eléctrica en los bucles de las bobinas. Responde a los principios del electromagnetismo enunciados por Faraday, en 1831.
Los impulsos electromagnéticos generados, de este modo, son capaces de atravesar el cráneo y alcanzar el interior del tejido cerebral.
Lo que provoca una alteración en los campos electromagnéticos naturales generados en el entorno neuronal y, por ende, de las propias neuronas.
Así, se produce una repolarización de estas y, por tanto, la activación o interrupción de la comunicación entre ellas. Literalmente, encender y apagar el cerebro.
Un impulso de campo electromagnético generado por TMS tiene efecto durante solo una fracción de segundo.
Por esa razón, se emiten pulsos continuados en intervalos de tiempo regulares que pueden ser cortos o largos. Estos intervalos entre un pulso y otro es la frecuencia (Hz) de emisión de los impulsos.
A bajas frecuencias, pulsos en intervalos largos (1Hz), los campos electromagnéticos generados en el tejido encefálico tienen efecto inhibitorio, provocando que las neuronas no puedan comunicarse entre sí. En cambio, a frecuencias más altas, pulsos en intervalos más cortos (>5Hz), tienen el efecto contrario, es decir, un efecto excitatorio (Lazzaro et al., 2008).